Como
forma de visibilizar la menstruación nos sumamos a las propuestas de
#MayoRojo para compartir propuestas que generen políticas públicas en
favor de la salud menstrual.
La Menstruación es uno de
los temas universalmente silenciados y estigmatizados. Siglos y siglos
de imaginarios, silencios y mandatos son difíciles de revertir. Muchas
mujeres aprenden sobre su cuerpo a base de prueba y error, con etapas
muy dolorosas y padeciendo la mirada inquisidora de una sociedad que se
niega a abordar el tema como lo que es, una cuestión de salud pública.
Queremos compartir el trabajo de Sara Alperovich, quién viene de una
gestión al frente de la Dirección de la Juventud en Tucumán. Desde ahí
supo aprehender los reclamos que generación tras generación vienen
sonando sin respuestas desde las políticas públicas. Las jóvenes en el
interior de la provincia y en la capital, en cada encuentro
participativo, pudieron poner sobre la mesa la cuestión de la
menstruación y la necesidad de un Estado presente. Una temática que
atraviesa todas las vidas, y cuyo abordaje es vital para pensar una
salud efectiva en las mujeres y diversidades. Pero esta realidad no es
nueva, ¿por qué aún no había respuestas?
Tratar de
explicarlo puede llevarnos a una extensión aún mayor, que no se pone a
trabajar con las realidades en cuestión… la hegemonía de los varones en
los recintos legislativos, el pudor y a veces la negativa priorizando lo
confesional a la hora de avanzar en respuestas para todo lo que
implique derechos sexuales y reproductivos, y muchas muchas
justificaciones más.
En dónde la solicitud de
presupuesto para "temas de mujeres" pareciera privilegiar a un grupo en
particular. En un giro que muestra el cambio que hay en la política,
cuando las mujeres impulsan la paridad en el ámbito de representación
política, da lugar a puntos de inflexión. Y un buen día, nos encontramos
con representantes políticas que como la legisladora Sara Alperovich,
con el apoyo del movimiento de mujeres y diversidades, presentó un
proyecto de ley para que el Estado acompañe a las personas menstruantes,
y este proyecto fue venciendo diferentes trabas e impedimentos hasta
lograr Dictamen de Comisión.
¿En qué consiste este proyecto?
El
proyecto visibiliza una realidad que viven miles de mujeres y resinas
menstruantes, día a día en nuestro país. La menstruación sigue siendo un
tema tabú, pero existe y ocurre, todos los meses durante casi una
semana varios años de la vida de personas, requiriendo dispositivos de
higiene menstrual. De por sí, influye en aspectos psicológicos y
físicos, a lo cual hay que sumarle la falta de accesibilidad si no se
cuenta con los recursos económicos, el malestar producto de desconocer y
no recibir información sobre la diversidad de dispositivos existentes. Y
en una provincia sin ESI la información se busca en donde se puede y se
obtiene de donde sea y no siempre repercute positivamente en cada
cuerpo. En general, sabemos que influye de forma negativa en la gestión
de salud de cada persona. En los casos más extremos hasta una disforia
menstrual que provoca incapacidad y baja calidad de vida.
Algo
tan natural como la menstruación termina siendo un tema de voz baja o
silencio para quienes lo transitan. Más aún para quienes no tienen los
medios para acceder a los elementos de higiene para el periodo. Los
costos de estos elementos suelen ser altos, la oferta no siempre es
acorde a la demanda y los precios no contemplan a quienes menos tienen. Y
es aquí donde debemos recordar que menstruar no es una elección, es
algo que por naturaleza las mujeres están obligadas a vivir y por ende a
conseguir los elementos de higiene para ese periodo. Pero qué pasa
cuando no puede adquirir los productos? ¿Cómo calman los dolores,
malestar?
Esta cruda realidad las expone a sufrir
infecciones, enfermedades dermatológicas, problemas en el embarazo,
anemia y consecuencias más graves aún. Se puede evitar, se puede
promover una sociedad que acompaña a nuestras mujeres y disidencias
durante este periodo de sus vidas y brindarles información, recursos,
básicamente un estado de bienestar.
El jueves 4 de
diciembre fue un día histórico en cuanto legislación en Salud Pública,
Tucumán se convirtió en la primera provincia del país en tener una Ley
de Gestión Menstrual, lo cual le permite el acceso a personas
menstruantes vulnerabilizadas a los elementos básicos y que consideren
necesarios para ese período menstruante (toallitas, tampones,
protectores, analgésicos, etc). Escocia dio un paso a nivel mundial,
Tucumán dio el puntapié en nuestro país.
Esta
ley no es sólo acercar elementos de higiene menstrual a mujeres y
diversidad, es una ley de Salud Pública, es una ley que cuida, que
previene y que atiende una problemática de la cual el Estado a partir de
ahora va a ocuparse. El impacto de esta política pública, no es solo en
las mujeres menstruantes y diversidad, es también en sus entornos, en
su futuro deseen o no, concebir y gestar. Es construir una sociedad más
igualitaria, más equitativa, una sociedad que construya un futuro
pensando en el bienestar.
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