El 9 de mayo de 2012, la presidenta de Matria, instituto sobre cuestiones de género, Beatriz Rojkés de Alperovich en ese tiempo Senadora Nacional votó afirmativamente la aprobación de la ley de Identidad de Género. A continuación compartimos su discurso en esa sesión que consagró la identidad como un derecho.
Ciudad de Buenos Aires, 9 de mayo de 2020.
Señor presidente:
Este momento que estamos viviendo es el fruto de una lucha histórica
de muchos años, con un entramado de muchas historias de vida, con
mucho sufrimiento, muchas postergaciones y por sobre todo, muchas
violencias.
Hoy estamos en la antesala de la restitución de derechos para
nuestrxs conciudadanxs, y esto es producto del trabajo mancomunado de
todos y todas, quienes desde diferentes ámbitos hemos aportado para
llegar a este momento. Por lo tanto, quiero comenzar agradeciendo y
reconociendo la militancia de la comunidad trans y los activistas
LGBT, especialmente de mi provincia, a través de la Multisectorial
por la Diversidad. Quiero agradecer a las organizaciones sociales de
la diversidad sexual que participaron del trabajo en comisiones y en
particular a las militantes de la comunidad trans, por el trabajo que
han llevado a cabo durante muchísimos años para poder llegar al
reconocimiento de sus derechos.
Tengo muy presente las voces de las compañeras trans pidiendo ayuda
para acceder a educación, a trabajo y pidiéndome que acompañe esta
ley. Junto con mis asesoras y la ONG Crisálida, vengo hace años
estudiando la situación de la comunidad trans y acompañando
proyectos que significan un avance sustancial en la mejora de sus
derechos. Es de público conocimiento que la Red de Mujeres
Solidarias, espacio que conduzco, es coparticipe del Centro de
Alfabetización Trans “Marlene Wayar”.
Me gustaría mencionar algunos de los avances en mi provincia, a modo
de mostrar lo federal que ha sido esta batalla cultural. Quiero
destacar las dos resoluciones de la Secretaría de Derechos Humanos
de Tucumán, durante la gestión del Dr Daniel Posse, referida a la
aplicación de normas de trato respetuosas en los servicios públicos
de salud provinciales; un dictamen ejemplar de la Dirección de
Asuntos Jurídicos de la Universidad Nacional de Tucumán; una
resolución de la Defensoría del Pueblo de Tucumán, durante la
gestión del defensor Hugo Cabral, implementando normas de trato para
trans en sus dependencias; un histórico Fallo de la Corte Suprema de
la Provincia resolviendo que la identidad de las personas trans es un
derecho protegido especialmente por acciones de amparo.
Pero quiero agregar algunos datos que eche más luz a esta
restitución de derechos tan justa y a la vez tan postergada.
Señor Presidente lo que tienen en común las identidades y
expresiones de género trans (travestis, transexuales,
transformistas y transgéneros) no es lo que comparten como
características, sino el destino social final al que son sometidas.
Este destino es la expulsión del hogar a temprana edad, el trabajo
sexual en la adolescencia, el riesgo temprano y continuo del vih y
otras infecciones de transmisión sexual, la violencia, el
hostigamiento, persecución, violencia y tortura policial, los
crímenes de odio por transfobia, los malos tratos en oficinas
públicas o dependencias gubernamentales por la disonancia
identificación e identidad. Todo esto transcurre frente a nuestros
ojos, la discriminación, criminalización, estigmatización y la
exclusión de los sistemas educativo y sanitario, del acceso a un
trabajo y vivienda. En definitiva la exclusión del disfrute de los
Derechos Humanos.
Esta situación es insostenible en el contexto del país que estamos
construyendo. Por favor, señor presidente, no olvidemos, que la
identidad de género trans fue reconocida en la Asamblea de la
Organización de los Estados Americanos y que nuestro país, junto
con sesenta y cinco naciones, no tan sólo firmó, sino que también
impulsó en 2008 la presentación ante la Asamblea de las Naciones
Unidas de documentos contra la discriminación, la violencia y la
violación a los derechos humanos, incluyendo la necesidad de remover
todo tipo de obstáculos en materia de identidad de género.
Todas las personas tenemos una identidad. Esa identidad es fruto de
una construcción individual, personal, cultural y puede estar
reflejada en la identificación o no. En las personas trans la
identidad personal difiere de la identificación. Esto no significa
que haya dos identidades. Simplemente, las identificaciones brindan
datos registrales, al diferir estos datos identificatorios con la
identidad estamos frente a un error registral. El nombre que figura
en el DNI, el sexo que figura en el DNI, todo ello son datos
registrales. Y deben ser tratadas como tales.
El nombre "real" de la persona, tanto cómo el género con
el cual se sienten identificadas, son datos identitarios, y es cada
persona la que debe elegirlo acorde a su autopercepción y al
proyecto de vida que decida llevar adelante.
Durante mucho tiempo el Estado Argentino estuvo sometiendo a un
conjunto de sus ciudadanos a vivir según un dato registral,
desconociendo su identidad. Lo importante, es que a partir de ahora
respetaremos lo identitario, y los errores registrales serán
rectificados respetando el proyecto de vida de cada persona.
A su vez, estamos resguardando el valor de la seguridad jurídica.
Porque estamos contribuyendo a una identificación real y verdadera;
esto es verdaderamente importante para la vida en sociedad. No se
altera la titularidad de derechos y obligaciones; no se altera el
apellido; se mantiene la fecha y el lugar de nacimiento, el número
de documento y la misma huella dactilar.
Pero, señor presidente, las situaciones que viven las identidades
trans, no se agotan en un problema registral. La construcción de las
identidades trans tienen necesidades propias y diferentes a otras
personas y que está ley, también viene a resolver.
Quiero compartir que en mi provincia el Area Queer NOA de la
biblioteca popular Crisálida realizó encuestas a la comunidad trans
en los años 2005, 2007 y 2009. Algunos datos fueron aportados al
libro “cumbia, copeteo y lágrimas”. Las otras fueron realizadas
en conjunto con el Observatorio LGBT Tucumán con el apoyo del
Ministerio de Salud de la Nación y las agencias de Naciones Unidas
en Argentina.
Quiero compartir algunos datos de esas encuestas. Por ejemplo más
del 50 por ciento asumieron su identidad trans entre los 14 y los 18
años, el 35 por ciento respondió que esto sucedió antes de los 13
años y el resto afirmó haber asumido su identidad de género a
partir de los 18 años. Un 97 por ciento mencionaron experiencias de
desarraigo familiar en el mismo año en que se manifestaron como
trans.
La principal causa de deserción escolar es la discriminación y el
desarraigo. Esto impacta en la búsqueda de horizontes laborales.
Estas encuestas demostraron que cuanto menor es el nivel de formación
logrado, mayor es la dependencia de la prostitución como fuente de
ingresos.
En cuánto al acceso a salud, el 74 por ciento respondió que se
había inyectado siliconas, mientras que el 26 restante dijo no
haberlo hecho. Dentro del grupo que se inyectó siliconas, casi el 90
por ciento señaló que la intervención tuvo lugar en un domicilio
particular, el 9 en una clínica privada, el 3 en un consultorio
particular y el 2 por ciento en un hospital público.
Acerca de los tratamientos hormonales, casi el 70 por ciento de las
participantes afirmó haber realizado estos procedimientos. Al
preguntarles acerca de los ámbitos a los que recurrieron para
asesorarse y proveerse, el 80 por ciento informó que había
concurrido a un domicilio particular, el 11 optó por una clínica
privada, el 8 por un consultorio particular y, por último, el 1 por
ciento mencionó a los hospitales públicos.
Señor presidente, la incidencia de las modificaciones corporales
producidas por la inyección de silicona de uso quirúrgico e
industrial, ocasiona una tasa altísima de morbi-mortalidad trans.
Esta tasa responde, por un lado, a las consecuencias inmediatas
de la propia aplicación o a las consecuencias de esa aplicación a
largo plazo (por ejemplo, por el desplazamiento de la silicona, su
infiltración en el tejido muscular, hepático, cardíaco, pulmonar
y/o renal). La administración de silicona es una biotecnología de
modificación corporal de alta accesibilidad y bajo costo relativo.
Su utilización está determinada tanto por las necesidades
planteadas por la situación de prostitución como por necesidades
relacionadas a la transformación corporal como un mecanismo de
pertenencia a una comunidad. La remoción de la silicona industrial
requiere de un conjunto de intervenciones quirúrgicas de gran
complejidad técnica y elevado costo económico, lo cual las vuelve
por lo general inaccesibles para el común de las trans
necesitadas con urgencia de esa remoción y esto las pone en la
mayoría de los casos bajo peligro de muerte.
Señor presidente, esta ley contempla la presencia del Estado, pero
en lugar de reparar o lamentar, el Estado está previniendo. Estamos
garantizando el acceso a los procedimientos de salud integral, tanto
de tratamientos hormonales como quirúrgicos y en todos los casos con
el consentimiento informado.
Quiero compartir un dato más que interesante, las leyes que
restringen los derechos humanos de personas con identidades trans, en
general, datan de la dictadura militar que rigió el País desde 1966
a 1970. Estas leyes, establecen que la identidad y nombre de las
personas se fija en el momento del nacimiento y no puede cambiarse
sin intervención judicial, estableciendo además que el Documento Nacional de Identidad es el único instrumento que acredita
fehacientemente dicha identidad .
Desde esta dictadura también se criminaliza a profesionales de la
salud que realicen intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo sin
autorización judicial. Con ello las personas trans, desde ese
entonces, y hasta ahora, dependen de la decisión de jueces y juezas
para obtener reconocimiento y construir su identidad de manera
segura.
Debido a la judicialización necesaria de las identidades, quedaron
en evidencia las dificultades en acceder a la justicia por parte del
colectivo trans. A través de los procesos judiciales de
reconocimiento de las identidades, Argentina ha demostrado que, sobre
todo en los tribunales del Interior del País, existe una gran
resistencia por parte del Poder Judicial a la hora de cumplir con sus
funciones, cerrándoles en la práctica las puertas a personas trans.
Existe una marcada diferencia entre la situación en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, y el resto del País. Un dato para tener
en cuenta es que mis co-provincianas, Victoria, Florencia, Fernanda,
Claudinna y Emilia iniciaron acciones de amparo para obtener una
rectificación en su identificación y sólo Victoria Julio accedió
a ese reconocimiento por vía judicial. Señor presidente, nuestras
conciudadanas no pueden seguir en esta situación por la cual el
reconocimiento de su identidad, varian de acuerdo al juez o juzgado
que les toque.
Este proyecto de ley permite acceder a un DNI que respete la
identidad autopercibida a las personas trans que lo soliciten,
mediante un trámite administrativo y no judicial, como venía
ocurriendo. Continuamos avanzando en la ampliación y en el
reconocimiento de diversos derechos involucrados, como el derecho a
la intimidad, a la autonomía de la voluntad y a elegir el propio
plan de vida, al nombre, el derecho a la identidad sexual y a la
igualdad, a vivir en dignidad, el derecho a la no discriminación y
el derecho al trabajo, a ejercer en plenitud los derechos políticos
y a la salud integral. Y estamos legislando conforme a las más
modernas doctrinas que rigen en la materia.
Además, precisa que el sistema de salud público y privado proveerá
tratamientos hormonales, cirugías, implantes y operaciones de
reasignación sexual a las personas trans sin patologizarlas. Pero
sin transformar estos procedimientos quirúrgicos, diagnósticos ni
métodos patologizantes en una condición para acceder al derecho a
la identidad. Quiero resaltar que esta ley no desconoce la gran
diversidad que habita en las identidades y expresiones de género
trans. Por ejemplo, como trans, como transgéneros, travestis, como
transformistas, transexuales e intersex.
Esta ley se suma a una serie de conquistas que desde el 2003 han
hecho que el Estado y las políticas públicas empiecen a reconocer
derechos específicos que antes no eran reconocidos, que empiecen a
visibilizar derechos que antes no estaban visibilizados.
Con la aprobación del Matrimonio Igualitario se habló tanto
respecto al fin de la sociedad y las instituciones, y hoy, a casi 2
años de este logro histórico, vemos como efectivamente esa sociedad
que excluía, que discriminaba, que negaba derechos dejó de existir
para dar lugar a esta sociedad en la que todos y todas queremos
vivir, porque nos pone en pie de igualdad, en una relación de
paridad jurídica y legal entre nosotros.
Estamos a punto de votar la restitución de derechos a nuestros
conciudadanos y es el paso coherente con nuestra continúa búsqueda
de lograr que Argentina sea un país más justo, igualitario y
solidario.
Señor presidente, quiero adelantar mi voto positivo, y quiero
compartir que me siento muy honrada de votar por la aprobación de
esta ley. Siento que aprobada esta ley, todos y todas viviremos en un
país con más derechos. Porque sólo tenemos derechos cuando todas y
todos los tenemos. Es un principio que excede la solidaridad. Es lo
que define a un país verdaderamente democrático.
Señor presidente ¡que sea ley!.
Muchísimas gracias a todas y a todos.